Silvia es mujer, madre y trabajadora. Como muchas, cargaba con el peso invisible de querer hacerlo todo bien: en casa, en el trabajo, con los demás. Su mayor dificultad era poner límites. Decir “no” le generaba culpa, y eso la llevaba a priorizar siempre a otros antes que a sí misma.
En tan solo unas semanas de trabajo con Elena Génave, Silvia aprendió herramientas prácticas de gestión emocional y técnicas de autoconocimiento que transformaron su día a día. Ahora elige desde el amor propio, no desde la obligación, ha fortalecido su autoestima y disfruta de relaciones más sanas y equilibradas.
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